sábado, agosto 27, 2011

El Espíritu de los Animales en la Experiencia Chamánica



(Extracto del libro "Chamanismo y las Técnicas Arcáicas del Éxtasis". Autor Mircea Eliade)
Los espíritus auxiliares de forma animal desempeñan un papel importante en el preámbulo de la sesión chamánica, esto es, en la preparación del viaje extático a los Cielos y a los Infiernos. Por lo común su presencia se manifiesta por la imitación que el chamán hace de los gestos de los animales o de su comportamiento. El chamán tungús, que tiene una serpiente como espíritu auxiliar, se esfuerza en imitar durante la sesión los movimientos del reptil; […] Los chamanes chukchis y esquimales se transforman en lobos, los chamanes lapones se truecan en lobos, osos, ranas, peces; el hala semang puede volverse tigre, como el halak de los Sekai y como el bomor de Kelantán.

En apariencia esta imitación chamánica de los gestos y la voz de los animales puede tomarse por una posesión. Pero tal vez sería más exacto hablar de una toma de posesión, por parte del chamán, de los espíritus auxiliares: Es él el que se transforma en animal, igual que obtiene un resultado análogo poniéndose una careta de animal. O aún podría hablarse de una nueva identidad del chamán, que se trueca en animal-espíritu, y habla, canta o vuela como un animal o ave. El lenguaje de los animales no es más que una variante del lenguaje de los espíritus, el idioma secreto chamánico […].

En América del Sur el neófito tiene que aprender a imitar, durante el periodo de iniciación, las voces de los animales. Lo mismo ocurre en América del Norte: entre otros, los chamanes de los Pomo y de los Menomini imitan los cantos de los pájaros. Durante las sesiones de los Yakutes, Yukagires, Chukchi, Goldes, Esquimales y otros pueblos, se oyen gritos de animales salvajes y de pájaros. Castagne nos presenta al baqça Kirghiztátaro corriendo, brincando, emitiendo rugidos: ladra como un perro, olfatea a los asistentes, brama como un buey, muge, grita, bala como un cordero, gruñe como un puerco, relincha, arrulla, imitando con notable precisión los gritos de los animales, los cantos de los pájaros, el ruido de su vuelo, etc.[…] Aprender el lenguaje de los animales, y en primer lugar el de las aves, equivale, en cualquier parte del mundo, a conocer los secretos de la naturaleza […] es también un signo de que el chamán puede circular libremente entre las tres regiones cósmicas: Infierno, Tierra y cielo; allí dónde sólo los muertos y los dioses tienen acceso.”

Fuente: Mircea Eliade, “El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis

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