domingo, abril 22, 2012

Llamada a Hécate




Hoy me desperté pensando en la Diosa y elevé una plegaria a Hécate la Gran Madre de la Sabiduría arcana.

Me levanté de la cama y recibí a mi Luna Roja.

Silenciosa me desplazo por la vida, de la mano de la Gran Madre; pues de Ella todos provenimos y en Ella todos tenemos nuestro ser.

Mi silencio es necesario. La Luna Roja ha bajado a entregarme sus secretos, pues mis pies todavía demasiado graves, deambulan sobre la tierra agreste y pedregosa.

La he llamado para solicitar su guía divina, su consejo sabio y siempre propicio, pues mi corazón taciturno necesita escuchar su Voz entre el murmullo confuso del mundo.

La luna oscura se ha marchado y ha elevado el velo tenue sobre la hoz rutilante de la noche.

Mis hermanas en los confines de la tierra se reúnen, para cantarle y danzarle en círculos palpitantes.

Y yo añoro esas ruedas mágicas para llevar mi conciencia más allá del miedo y las apariencias.

Señora, tú has aparecido al despertar; poco antes de que la aura tiñera las nubes con sus manos encarnadas y piadosas.

¡Escúchame! Tú que tan bien conoces el corazón de tus hijos e hijas.

Yo te llamo, ¡Madre Divina!

Para que me ayudes a dar el primer paso hacia un nuevo día, del resto de mi vida.

¡Hécate!, la Oscura, la Dueña del Mar, la Tierra y el mundo subterráneo, atiende a mi llamada.

Hécate, siempre-presente, bienhechora, sé mi centinela en los nuevos caminos que el Hado me señala.

Susurra a mis oídos tus certeros consejos, para que conozca la diferencia entre lo falso y lo verdadero, lo mentado y lo innombrable, la vigilia y el sueño, la relación que los une y la que me une a mí con todos ellos.

Tú, mi Luna Roja, Chamana, Curandera, Visionaria, sondea mis rincones oscuros y toma mi mano para que pueda atravesar a salvo los senderos intrincados de mi alma.

¡Oh, Madre de las Brujas, escucha mi plegaria!

¡Bendita seas!