viernes, octubre 04, 2013

Ritual de Luna Nueva en Honor a Hécate la Anciana Sabia. (4 de Octubre 2013. Luna Nueva en Libra)






Esta noche he llevado a cabo un breve ritual con vela negra de sanación, en honor a la Diosa Hécate, la anciana Sabia de la Luna Nueva. Siempre que la llamo su energía poderosa no tarda en hacerse sentir y dejar su huella. (Aún ahora, después de haber terminado el ritual, la siento presente). No he sido capaz de hablar desde que inicié el ritual.

Al terminar, me sentí impelida a leer el Tarot (no otra baraja, pues tengo varias), "mi Tarot". Ella me dijo específicamente, "Esa baraja es poderosa". De modo que, como no sabía qué preguntar, le pedí a la Diosa que me mostrara a través de su maravilloso instrumento, aquello que Ella quiere que yo conozca en mi porvenir más próximo.

Saqué únicamente tres cartas, y estas fueron:  arcano XXI el Mundo. Arcano XIII y arcano VI, el Enamorado.

Me he quedado un momento contemplando estas tres cartas y su absoluta rotundidad. No había lugar a palabras. -Cuando Hécate está presente nadie habla. Sólo Ella puede pronunciarse-.





(Oráculo de Hécate)

Es un regalo -me dijo-. llega a ti el amor, como un regalo. Se cumple un ciclo. La tierra es negra; tu útero es oscuro como la tierra. La noche es oscura... ¿por qué la tierra es negra? -Me interpeló y a su vez, me respondió-. Porque es fértil. De Ella brotó todo, toda la vida. Como un útero; como la oscuridad de la noche.

El amor es tu recompensa. La tierra está preparada, la tierra está fértil. Se terminó un ciclo y comienza otro, y el amor llega.

¿Qué es o quién es? Eso no importa, eso sólo alimenta una ilusión. Sólo importa que llegó su momento. Está aquí, -me dijo-, su momento llegó: es el tiempo del amor.

Es algo que habías deseado desde hace tiempo. Se cumplió su ciclo; ésa es tu recompensa. El campo está libre, listo para la cosecha. El amor llegó".

Estas fueron sus palabras. éste fue su oráculo. Sigo sintiendo su presencia. Con su antorcha en alto la contemplo, dorada y radiante delante de mí... Me hizo hablar con mi útero y con mi sacro, y durante la meditación del ritual llevó a cabo un ejercicio de sanación energética con oro líquido, sobre mi chakra raíz y mi chacra púbico, para sanar ese dolor y transformarlo en gozo, plenitud y sabiduría.

La vela negra sobre el altar permanecerá encendida toda la noche; es el símbolo de la luz imperecedera de la antorcha de la Diosa, para que guíe mis pasos a través de los caminos de la noche.

Gracias Hécate, Señora de los Tres mundos, Portadora de las llaves, Señora de las Encrucijadas. ¡Salve Hécate, Bendita seas!